A eso le suma la inacción de los actores políticos, que en casos aislan más a Chuy, incluso dentro del departamento, sin notar (o por lo menos actuar) que la economía se deteriora mucho más rápido que el estatus sanitario.

Gracias a la colaboración del periodista Favio D’Elías compartimos su editorial publicado este sábado en Destacado News:
Sin despojarnos ni por un instante de los sagrados apostolados del periodismo objetivo y plural, y conscientes de nuestra responsabilidad como referentes de nuestra comunidad, hoy queremos dar nuestra opinión como habitantes de la frontera, porque los periodistas también somos ciudadanos y también nos preocupa y afecta los problemas de la ciudad.
Es preocupante la discrecionalidad de algunos actores políticos y periodistas de los grandes medios montevideanos, respecto al manejo de la información vinculada a Chuy, concretamente lo referido al foco de coronavirus que tenemos actual y circunstancialmente.
Nos preocupa más aún que desde las propias páginas de organismos oficiales y notas de prensa de algunas autoridades, se haga particular mención a CHUY cuando se refieren a las zonas del territorio dónde hay casos y no se refieran al departamento como hacen con TODAS las otras localidades del país.
En Cerro Largo por ejemplo, sólo Rio Branco tiene casos, pero nadie nombra a esa ciudad, siempre se refieren a Cerro Largo departamento, y podría citar varios ejemplos más.
Sin caer en susceptibilidades ni atribuir intencionalidades de ningún tipo, nos resulta llamativa la insistencia en decir CHUY en cada ocasión que se refiera a los casos de Covid en el departamento de Rocha, sin perjuicio que haya o no casos en otras localidades como realmente ocurre.

Nuestro relato recoge el sentir de la mayoría de las personas que viven en esta ciudad, que observan con preocupación la estigmatización permanente, y suponemos involuntaria, que se está haciendo con esta ciudad fronteriza, que es víctima de un foco de contagios, pero que no es tierra de nadie como se puede inferir, y acá debemos recordar que CHUY estuvo 5 meses siendo una de las pocas ciudades que no tenía casos en todo el país, a pesar de la complejidad demográfica y territorial. 5 meses. No fue casualidad.
No estamos felices con el manoseo sistemático de nuestra ciudad, que ha hecho enormes esfuerzos para mantener su estatus sanitario, donde la mayoría de las personas se cuidan, cumplen los protocolos, usan mascarilla, igual que las empresas y comercios que tienen todas las medias de protección exigidas en ambos lados de la frontera.
No señores, CHUY no es tierra de nadie ni es una ciudad de irresponsables, hemos tenido mala suerte con un foco que nadie sabe de dónde surgió, que se descontroló y se extendió afectando desafortunadamente a muchas personas.
El virus no se traslada sólo, las personas trasladan al virus, alguien lo trajo a la ciudad, recibimos mucha gente de todos lados, y eso no es culpa de nadie, tampoco es culpa de los habitantes de Chuy que pasen cientos de camiones de transporte internacional por día con el riesgo que eso supone.

Por supuesto que algunas personas puede que no hayan cumplido con todos los protocolos, ocurre en cada rincón del planeta, eso es inevitable, no es posible el control absoluto de las personas, pero esta ciudad es consciente de la importancia de mantener el status sanitario por que necesita una temporada estival de flujo turístico y comercial para sobrevivir. A eso se dedica la gente en CHUY, y no somos tontos, cuidamos nuestro pan.
Insistimos, preocupante y llamativo el permanente bombardeo mediático en alusión a CHUY como no se hecho con ninguna otra ciudad con focos de Covid, y eso no estamos dispuestos a aceptarlo impertérritos. Es momento de alzar la voz y pedir un poco de respeto y sensibilidad, por que se está sembrando en el inconsciente colectivo de las personas de todo el país, una especie de alegoría del apocalipsis zombie, que somos una ciudad de leprosos de la que hay que mantener distancia.
Quienes hacemos periodismo hace más de 25 años y habitamos mucho más años en esta ciudad, conocemos los intereses espurios de determinados grupos empresariales y el lobby pro enchastre que toda la vida han hecho con la complicidad de algunos periodistas de la capital, eso es historia conocida, lo sabemos todos, y no nos gustaría pensar que se está usando infamemente la pandemia para intentar incidir en la actividad comercial y turística de la frontera.
Pedimos con total respeto y humildad, que no se siga construyendo un relato perverso que podrá eventualmente causar un enorme daño a la ciudad y su gente.