«Este lunes 1 de junio son unas 400 escuelas aproximadamente, entre Aprender y Tiempo Completo y Educación Especial del interior del país que estarían en condiciones de retomar actividades presenciales», comienza explicando el asesor del Estado.

«Se ha trabajado mucho sobre la base de lo que fue la experiencia de las rurales donde no se está mirando la gente que es parte del grupo de riesgo, tanto adultos como niños. Se está en los últimos detalles del protocolo para niños que es muy similar al de rurales y se están distribuyendo materiales vinculados al protocolo, pero además una partida para cada escuela de dos mil pesos».
«Se ha trabajado bastante con la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM-TEP) y con AFUPRIM, en el caso de los funcionarios, en el retomar las tareas y en la colaboración que se ha tenido desde esto y en la fiscalización y en el cuidado. Puede ser que alguna escuela por una razón o por otra el día lunes no arranque, pero cuando estén las condiciones la idea es que pueda arrancar con actividades presenciales».
Decisión del Ejecutivo
Ante la consulta sobre el modo de retomar las clases presenciales, Caggiani, mencionó que «es una decisión del ejecutivo que plantea cuando retomar las presencialidad y que fue también quien resolvió que se suspendieran las actividades presenciales».
«Se ha trabajado mucho a distancia pero la presencialidad en materia de educación es insustituible y veníamos trabajando en diferentes escenarios en la medida que la condición sanitaria habilitara a retomar alguna hora de presencialidad sobre todo por la desigualdad en materia de aprendizaje que produce esta pandemia. Pero es una resolución del ejecutivo y así como las autoridades de la educación no resolvieron suspender las clases, el ejecutivo es quien resuelve la vuelta».

Comparativa con lo hecho en otros países
«En líneas generales cuando los países retoman actividades es porque tienen situación sanitaria (favorable) y ahí aparecen los servicios educativos. Hay servicios que no se cortan en general y cuando uno mira la experiencia de los respectivos países que tienen servicios de alimentación como el nuestro en las escuelas urbanas, Argentina por ejemplo, con cuarentena total habría los centros para eso».
«La actividad educativa se retoma asociada o al interés superior del niños que sucede en este caso, es decir, va con una presencialidad un poco más acotada, en tiempos, en horas, que está mirada en la ganancia que puede haber en materia de aprendizaje y no de una lógica de se necesitan cuidados y para eso hay que evitar las escuelas».
«Fue por ejemplo lo que hizo España con los hijos de quienes trabajaban en el Servicio Médico, tenían guarderías de 4 u 8 horas en plena pandemia. El escenario de Uruguay es una presencialidad que tiene que ver con el aprendizaje porque la situación sanitaria, según el SINAE y según el ejecutivo, permite retomar con protocolo sanitario».
«Cuando uno mira las experiencias en el mundo, estamos retomando de forma bastante similar en términos de la cantidad de gurises, las distancias, las medidas y es parte de una presencialidad que va a ser muy dificultosa para docentes, niños y familias. Por los tiempos, por lo que implica los cambios en el aula, la forma de comunicación, la distancia; pero tenemos la confianza en los colectivos docentes y en los cuidados de todos como para eso».

Siempre se puede volver atrás
«Cualquier comienzo de actividades presenciales tiene un monitoreo. Así es sugerido por UNESCO y por UNICEF, pero además es la experiencia que ya tiene Uruguay en materia de educación rural, recordemos la situación en Treinta y Tres o la situación en Rivera, que motivaron parar y cuando la situación de los servicios sanitarios fue informada se volvió a retomar en la medida de las posibilidades en cada una de las situaciones».
«En Rivera en este momento se suspendió el inicio en la ciudad, pero habíamos tenido una situación anterior con respecto a las rurales. Lo mismo sucedió en Treinta y Tres. Es parte de lo que está establecido en el protocolo y es bien importante tener eso claro y tener un reflejo rápido porque es lo que puede construir confianza tanto en la familia como en los niños, pero también en los docentes, auxiliares y el resto de actores que se movilizan cuando se retoma la presencialidad».
Se busca generar confianza
Finalmente quisimos que Pablo le de un mensajes a los padres que dudan en enviar o no a los niños a sus centros de estudios. «Ahí las situaciones son particulares de cada familia, de cada niño. Creo que hay una situación bastante rigurosa por parte de docentes y de como se viene habilitando la presencialidad condiciones y con ajustes que va a haber que hacer, se me ocurre el transporte, etc. pero esa es una decisión muy clara de cada familia, por la composición del núcleo familiar por el cuidado de los niños, pero también del cuidado de otros grupos de riesgo que puedan estar en contacto con los niños».
«Lo que si hay que señalar es que se hace de una manera en donde estamos todos bastante cuidados y que efectivamente se hace pensando en la ganancia que tiene esto para los gurises. Eso es clave que se entienda y de a poco ir construyendo la confianza de ir avanzando».
«Recordemos que las rurales empezaron con un 30% de asistencia y hoy están en un 49%. Lo que más preocupante es cuando la escuela sabe que tiene que convocar a un niño o una niña porque sabe que tiene mayores dificultades en términos de aprendizaje, bueno allí vamos a tener que trabajar en conjunto familia y escuela para poder habilitar a los gurises a seguir el desarrollo y los aprendizajes».