
Ha pasado un largo tiempo desde que tuve mi última relación, a decir verdad no extraño mucho el estar ligada sentimentalmente con alguien. Ahora tengo mucho más tiempo para disfrutar. Disfrutar a aquellas personas que me rodean y todo aquello que es de mi interés hacer.

A decir verdad, al principio no fue fácil. No sabía qué hacer con tantas horas disponibles. Miraba parejas «felices» en la calle y eso me incomodaba. Lo digo entre comillas porque en realidad nadie sabe cómo son a puerta cerrada, si verdaderamente son felices con quien han elegido estar. Y es que muchas eligen solo por miedo a la soledad. Yo terminé haciéndola mi mejor amiga, mi confidente, mi mejor consejera y el tiempo, mi mejor doctor. Cerré heridas, ciclos, puertas y solté a personas que a pesar de prometer amarme, solo terminaron lastimándome.
Y ese tiempo que creí me sobraba, comenzó a llenarse. Comencé a preocuparme por mí, a dedicarme más tiempo, a consentirme, a hacer actividades que me hicieran feliz, comencé a viajar, a conocer gente. A explorar lugares, a compartir momentos únicos con mi familia y un tiempo lo dediqué a reflexionar. No sé porque siempre terminaba siguiendo un patrón en mis relaciones. Supongo que no había más que elegir y es que finalmente llego a la conclusión. De que entre más conozco a los hombres, más amo mi soltería.
DEMASIADAS MUJERES SE LANZAN AL ROMANCE PORQUE TIENEN MIEDO DE ESTAR SOLAS, LUEGO EMPIEZAN A HACER COMPROMISOS Y PERDER SU IDENTIDAD. YO NO VOY A HACER ESO.
¿Qué ha pasado con los hombres?
Me refiero a los verdaderos hombres. Esos que asumían compromisos, que se establecían con una sola mujer, esos románticos que llevaban serenata, que entregaban una flor o te esperaban afueras. Que ha pasado con los hombres que abrían la puerta del carro, una puerta cualquiera para que entraras primero. Entre más los conozco más asumo que no deseo perder mi libertad.
Ahora el álbum se completa con el típico «todas mías», que no puede con una sola mujer, pero que desea traer a mil. El «ojo alegre», que ignora que estés presente y devora a todas con la mirada. El «patán», el que invierte días, semanas y meses en enamorarte. Pero le basta un solo día para romperte el corazón y huir como el peor de todos los cobardes. El «pinocho, porque va de mentira en mentira. El «pulga», porque salta de cama en cama sin importarle que tenga a su lado a una dama. El «cabrón», quien tiene a su lado a alguien que lo ama. Pero que se siente tocado por Dios y cree que merece más y lo sale a buscar. El «ausente», ese idiota que se pierde cuando le conviene y regresa como si nada para que lo vuelvas a querer.
DESCUBRE PORQUE ERES IMPORTANTE Y REHÚSATE A CONFORMARTE CON ALGUIEN QUE NO COINCIDA CONTIGO POR COMPLETO.
¿EN VERDAD UNA MUJER VALE TAN POCO PARA CONFORMARSE CON ESTOS TIPOS DE HOMBRES?
Si en este momento te encuentras soltera déjame felicitarte, has elegido estar en el mejor estado emocional. En uno que sin duda alguna te conocerás, crecerás y maduraras. Uno que tiene cientos de beneficios y que no te ofrece más que felicidad. No digo que sea malo enamorarse, lo malo es hacerlo de alguien que no entiende de amor. Alguien que desde el inicio sabes que te ha de lastimar pero optas la errónea idea de que tú lo puedes cambiar.
Hay hombres que no valen tanto como para ser perseguidos. Y hay mujeres que no valen tan poco como para correr tras alguien que no desea ser alcanzado.
¡Las personas no cambian! las personas se disfrazan pero tarde o temprano terminando mostrando su verdadera cara. Elige con la razón y no con el corazón. ¡Cuídate de los lobos con piel de oveja! Son de lo peor, mejor ¡elije a un lobo que te vea mejor, te escuche mejor y te coma mejor! Y si no, tan solo disfruta de tu soltería, lo que sea para ti, ¡déjalo llegar!